Hace
bastante tiempo leí “Los días que no se nombran”, un pequeño libro, selección
de poemas de José Emilio Pacheco. No es porque sea de mi maestro (literariamente
hablando) pero te sorprendes de ver tanto poema bello en tan pocas hojas, totalmente
recomendable.
¿A qué quiero llegar diciéndote esto? Pues desde hace unos días había pensado
hacer una actualización a este blog tan olvidado y no tenía ni un eje ni un
título… en fin, al grano:
Estos que vivimos son los días que no se nombran, ni en la tele ni en la radio,
ni en familias muy ricas ni en familias muy pobres, ni en el norte ni en el sur…
son los días que se olvidan.
Obvias campañas políticas que duran 6 años, pero
que después dicen son neutrales; tarjetas, despensas, artículos para la cocina,
cuarto y baño, gorras, playeras, bolsas, juguetes, lonas, espectaculares,
comerciales las 24 horas del día y que a final de cuentas están dentro del
límite de campaña; la victoria de un tipo ignorante, prepotente y (lo peor de
todo) poderoso que dirigirá este país durante 6 años; el regreso al poder del
PRI, un partido político anciano y con sangre en las manos siempre fresca; una
supuesta izquierda dividida; una revolución que más que pacífica es totalmente
pasiva; una reforma laboral infame ya aprobada; un 2 de Octubre que no se
olvida pero que es ignorado por gran parte de la población.
¿Cómo se verá todo esto en unos años?
A nuestro favor, amigo revolucionario, porque estos son los días que no se
nombran, sí, pero para los opresores, los incrédulos, los indiferentes, los
desinformados, o peor aún, para los mal informados… sin embargo para
nosotros son los días que se cuentan, y espero se narren como el pasado de una
mejor nación.
Fotografía por @reventwan
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