jueves, 13 de abril de 2017

¿Quién es más retrógrada? ¿El sistema educativo o quien lo abandona?



Todo el asunto de la “Mars” Aguirre nos sumerge de nuevo en ese viejo debate: ¿pro-academia o anti-academia?


El simple video de una chica anunciando que abandona la escuela no debería de hacer tanto revuelo, pero demonios, esto es internet y nos encanta perder tiempo con estas cosas. Por lo menos ahora encuentro importante hablar de esto, cuando toda la parafernalia mediática sobre esa chica ya se ha calmado.
Conste que esto lo escribo después del hype; todo el asunto de la “Mars” Aguirre nos sumerge de nuevo en ese viejo debate: ¿pro-academia o anti-academia? ¿Ceder ante el sistema educativo o ante esa tentadora visión de desarrollarte por tu cuenta? De pronto te puedo decir que las dos posturas tienen sus pros y sus contras, pero antes, una bella pero desgarradora anécdota.
Hace años decidí hacer lo mismo que la Mars. No, no me grabé y fui viralizado, no me entrevistaron en un programa de TV y mucho menos terminé siendo contratado por una red social digital: todo quedó entre cuates. A mi familia más cercana y a algunos amigos les dije que estaba cansado de esa mierda, de todo ese mecanismo maligno que representa la educación pública: dejaría la prepa. «Sólo vas por un papel y esa mierda no vale nada», les decía. Mi plan era rapear y leer para así escribir mis propios libros. Pasó un tiempo y se me quitaron las ganas. Hay que tener un estómago muy duro para llevar a cabo un plan así y, literalmente, yo tengo un estómago sumamente hambriento.
Hablo en serio, a partir del momento en que decidí abandonar la escuela todo me pareció una cuesta arriba. Los trabajos sin bachillerato son prácticamente una basura y ganarte un nombre en tus intereses (en mi caso el rap y la escritura) cuesta tiempo… tiempo que pasas en el trabajo. Terminé regresando a la escuela y re-descubriendo al matadito que había en mi interior y que había olvidado allá en la primaria.

No es México. No es que suframos la cultura de la hueva. No es que seamos parte de una “generación” holgazana. Hay algo, un espectro tan amplio que acepto me costaría definir en tan pocas líneas, que nos impide ver a la escuela como la maravilla que nos quieren hacer creer. Sí, estoy de acuerdo con la Mars, hay un sistema deficiente, no sé si pendejo o si quiera retrógrada, pero sí un sistema que no acaba de cuadrar con lo que vivimos.
En esta esquina tenemos las ventajas de la academia. La escuela nos prepara, en cierta medida normaliza el sufrimiento que tendremos que pasar después en una oficina o en una línea de fábrica, pero también da muchas satisfacciones, desde aprenderse las tablas de multiplicar hasta entender la selección natural o la filosofía de Aristóteles. Como diría un maestro de mi Facultad, Luis Fonseca, vamos a la universidad por bibliografía, para ampliar nuestro conocimiento y para ser críticos con todo lo que nos topamos. En la universidad también conoces a sabrosuras, pero los más puristas dirán que «el que es perico en donde quiera es verde».
En la otra esquina están las desagradables desventajas. El sistema educativo en México es una puta basura, de entrada. Las reformas educativas de Peña Nieto no son más que burocracia maquillada de trabajo en pro de la educación. En este mismo sentido, ¿cuántas cosas puedo decir de mi querida UNAM? Desde chamaco quise estar en la máxima casa de estudios y ya no sé si reír o llorar. Muchos han sido los responsables del deterioro gradual que sufre la institución, día por día. No importa si eres de los que avienta un chicle al mingitorio o eres un directivo que desvía los fondos; si eres de los que pasa el examen copiando o el maestro que trata con la rigidez más ahora sí retrógrada a los alumnos: tienes que saber que estás jodiendo la Facultad que es de todos.
La solución no está y nunca estará en sentarse cómodamente en el sillón e insultar a una chica por una decisión que ha tomado y que sólo concierne a su persona, mucho menos insultarla porque todos lo hacen. Ella tomó la decisión de dejar la escuela y ya. ¿Chistosos los memes? Sí. ¿Chistosa nuestra situación? No.

Hay quienes defienden a las instituciones por la única razón de que siempre han estado ahí, pero no reparan en que tienen fallas y que al final de la resta nos ha quedado un nimio intento de transmitir el saber; nos queda un negocio bastante lucrativo y una base pedagógica mediocre. La escuela sigue en pie por personas como Araceli, José Luis, Reynaldo y Fonseca, mis maestros, tus maestros, esas personas que si le echan huevos a su trabajo y quieren algo mejor para esta sociedad. Concluiré con una frase que le estoy soltando a todos los que han aguantado mis graznidos sobre este tema: no hay universidades, sólo existen individuos.


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