Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, entre 1946 y 1947 (detalle). |
El escoger las siete mejores pinturas de Diego Rivera, de una manera objetiva, se lo dejo a los profesionales, los historiadores y críticos del arte; esta pequeña recopilación contiene las siete pinturas que más me gustan de Rivera, en un orden cronológico, añadiendo una que otra curiosidad.
1- Retrato de Adolfo Best Maugard.
Retrato de Adolfo Best Maugard, 1913, óleo sobre lienzo, 226.8 x 161.6 cm. MUNAL. |
Este retrato vio la luz cuando su obra de caballete
estaba en su máximo esplendor. Diego, desde el balcón de su estudio, pintó a Adolfo
Best Maugard, un aristócrata mexicano que era a la vez artista, pintor,
cineasta… un verdadero multifacético. Diego Rivera la consideró como su pintura
más importante hasta ese entonces.[1]
2- Paisaje zapatista.
Paisaje zapatista, 1915, óleo sobre tela, 144 x 123 cm., Museo Nacional del Arte, CONACULTA, INBA |
También conocida como El
guerrillero, esta pintura ha sido una de las más discutidas. No sólo por
las tonalidades, por la concepción del espacio o por su discurso revolucionario
dentro del cubismo, sino porque representó la ruptura de Diego con quien era su
entonces maestro: Picasso. Después de la polémica que en sí misma causó la
pintura, Picasso merodeaba el estudio de Rivera con mucho más regularidad; entraba
y salía a su antojo, observando las pinturas con sumo detenimiento. Diego supo
contener el enojo hasta que descubrió el primer borrador de Hombre apoyado en una mesa, que era una
copia exacta de esta pintura sólo que versión Picasso. La pintora rusa Marevna
Vorobev-Stebelska, amante de Diego, dio un testimonio muy curioso: cierto día,
Picasso fue detenido en la entrada del taller por el mismo Rivera, quien lo
amenazó con partirle la cabeza con su bastón mexicano. [2]
3- La Creación.
La Creación, 1922-1923, Fresco experimental con encaústico y pan de oro, 109.64 m2, Anfiteatro Simón Bolívar, Museo de San Ildefonso. |
Este mural es muy icónico pues fue el primero que pintó
Diego Rivera. Está en el interior del Anfiteatro Simón Bolívar, más
específicamente en el proscenio y en lo que fue la concha acústica para un
órgano monumental que fue colocado en 1910, órgano que supuestamente
desapareció durante la Revolución.[3] Escuchar, y ver, un concierto musical en ese recinto es todo un
placer, un espectáculo completo.
4- Fondos congelados.
Fondos congelados, 1931-1932, Fresco sobre cemento reforzado en una estructura de acero galvanizado, 239 x 188.5 cm., Museo Dolores Olmedo. |
Tal vez esta no sea tan famosa como otras, pero tiene un
significado bastante conmovedor. Se trata de un fresco móvil de la ciudad de New York. Diego Rivera nos deja saber
cuál es su crítica al modelo socioeconómico que se vivía en aquellos días,
cuando Estados Unidos, junto con muchos otros países, sufría la llamada Gran
Depresión.[4] Dar especial atención al
contraste que da Diego entre el gran desarrollo urbano, la hilera interminable
de obreros en el túnel, los homeless
vigilados por un guardia y los riquillos que van al banco, urgidos por ver
cuánto hay en su cartera.
5- El hombre controlador del universo.
El hombre controlador del universo o El hombre en el cruce de caminos, 1934, Fresco sobre bastidor metálico transportable, 4.80 x 11.45 m., Palacio de Bellas Artes. |
Este es uno de los murales que más me interesan, tanto en
lo estético como por su contexto. Fue pintado unos meses después de La Creación y también es conocido como El hombre en la encrucijada o El hombre en el cruce de caminos, pero
esto último tiene una explicación más compleja que la sola apariencia. En el
año de 1932 se edificó el Rockefeller
center, ambicioso proyecto del industrial John D. Rockefeller. John
contrató a Diego Rivera para que hiciera una magna pintura en el vestíbulo de
su monstruo capitalista, entonces ¿Qué es lo chistoso? Que Diego Rivera había
militado por años en el partido comunista. Cuando Diego ya tenía muy avanzada El hombre en la encrucijada, Rockefeller
le echó un vistazo y se dio cuenta de aquél desastre: Lenin, Trotsky y Marx,
contrario al boceto original, se habían colado en el fresco. A pesar de que
Rockefeller hizo cancelar el contrato por 21,000 dólares y destruyó el mural,
si indemnizó a Diego.[5] Colaboradores del pintor filmaron
el proceso de ejecución, así que él, por su parte, regresó a México y reprodujo
lo que ahora llamaría El hombre
controlador del universo en el Palacio de Bellas Artes, con motivo de su
inauguración.[6]
6- Desnudo con alcatraces.
Desnudo con alcatraces, 1944, óleo sobre aglomerado, 157 x 124 cm., Colección Emilia Gussy de Gálvez. |
Diego Rivera hizo una gran cantidad de pinturas donde el
tema “central” son los alcatraces. Muchos pregonan que es un arte muy
nacionalista, pero yo me incluyo dentro de los que difieren. Diego, en cada una
de las obras mencionadas, trata de resucitar la cultura ancestral de esta
tierra, hacer que vibres con la piel morena. Sobre esta pintura no hay datos polémicos,
sólo queda la admiración que se siente al contemplar un desnudo bien logrado. Está
fechada un año después de que él fuera reconocido como miembro fundador de El
Colegio Nacional, codo a codo con Alfonso Reyes, José Vasconcelos, José
Clemente Orozco, Mariano Azuela, entre otros.
7- Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.
Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, entre 1946 y 1947, Fresco, 15.60 x 4.70 m., Museo Mural Diego Rivera. |
Esta pintura simplemente me fascina. Cada vez que la
vuelvo a ver descubro algo nuevo. Me siento, precisamente, como está
representado el mismo Diego Rivera en el mural: como un niño. Alrededor de su
autorretrato hay, aproximadamente, 150 personajes que comprenden 400 años de la
historia de México. Originalmente fue pintado en el Hotel del Prado, que está a
unos pasos de la Alameda. Lo más curioso con este mural no pasó durante el
proceso de ejecución, sino hasta 38 años después. El temblor de 1985 tuvo
graves secuelas sobre la Ciudad de México; a raíz del peligro que corría la
obra, la trasladaron al Museo Mural Diego Rivera, construido especialmente para
albergar este mural. La misión no fue un recreo, pues mide 15 metros de largo y
pesa 35 toneladas.[7]
Diego Rivera murió a los 70 años de edad, en la Ciudad de
México, a causa de una insuficiencia cardiaca.[8] Rivera nos dejó y nos dejó
mucho, hay cachitos de su vida sobre paredes y lienzos. Demostró que México si
tiene color, pintó lo que muchos no han podido decir sobre nuestra cultura y
logró, en palabras de Carlos Monsiváis, “lanzar algo al mundo sin que esto lo
arrastre tras de sí”.[9]
[1] Anónimo,
Los lenguajes de la pintura, Museo
Nacional de Arte (DE 10 de junio de 2015, en http://munal.mx/educacion/ficha/ver/pintura).
[2] Roberto Pliego, Diego y Pablo, Nexos, septiembre 2013 (DE 10 de junio de 2015, en http://www.nexos.com.mx/?p=15484).
[3] Anónimo, Acervo: Diego Rivera (1886-1957), Antiguo Colegio de San Ildefonso (DE 10 de junio de 2015, en http://www.sanildefonso.org.mx/mural_anfiteatro.php?iframe=true&width=810&height=100%).
[4] Anónimo, Fondos congelados, MoMA (DE 10 de junio de 2015, en http://www.moma.org/interactives/exhibitions/2011/rivera/es/content/mural/frozen/detail.php#).
[5] Erik Castillo, Diego en la encrucijada, El Faro cultural, diciembre 2012 (DE 10 de junio de 2015, en http://elfarocultural.com/2012/12/diegoenlaencrucijada.html).
[6] Alejandra Villegas, El hombre controlador del universo de Diego Rivera, Time Out México, diciembre 2014 (DE 10 de junio de 2015, en http://www.timeoutmexico.mx/df/arte-cultura/el-hombre-controlador-del-universo-de-diego-rivera).
[7] Anónimo, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, México es Cultura (DE 10 de junio de 2015, en http://www.mexicoescultura.com/actividad/26503/Sue%C3%B1o%20de%20una%20tarde%20dominical%20en%20la%20Alameda%20Central.html).
[8] Elisabet Ramírez, A 57 años del adiós de Rivera, Octavo Día, noviembre 2014 (DE 10 de junio de 2015, en http://octavodia.mx/articulo/56610/a-57-anos-del-adios-de-rivera)
[9] Carlos Monsiváis, Diego Rivera: Creador de públicos, p.11 (DE 10 de junio de 2015, en http://estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/wp-content/uploads/historias_13_117-128.pdf).
[2] Roberto Pliego, Diego y Pablo, Nexos, septiembre 2013 (DE 10 de junio de 2015, en http://www.nexos.com.mx/?p=15484).
[3] Anónimo, Acervo: Diego Rivera (1886-1957), Antiguo Colegio de San Ildefonso (DE 10 de junio de 2015, en http://www.sanildefonso.org.mx/mural_anfiteatro.php?iframe=true&width=810&height=100%).
[4] Anónimo, Fondos congelados, MoMA (DE 10 de junio de 2015, en http://www.moma.org/interactives/exhibitions/2011/rivera/es/content/mural/frozen/detail.php#).
[5] Erik Castillo, Diego en la encrucijada, El Faro cultural, diciembre 2012 (DE 10 de junio de 2015, en http://elfarocultural.com/2012/12/diegoenlaencrucijada.html).
[6] Alejandra Villegas, El hombre controlador del universo de Diego Rivera, Time Out México, diciembre 2014 (DE 10 de junio de 2015, en http://www.timeoutmexico.mx/df/arte-cultura/el-hombre-controlador-del-universo-de-diego-rivera).
[7] Anónimo, Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, México es Cultura (DE 10 de junio de 2015, en http://www.mexicoescultura.com/actividad/26503/Sue%C3%B1o%20de%20una%20tarde%20dominical%20en%20la%20Alameda%20Central.html).
[8] Elisabet Ramírez, A 57 años del adiós de Rivera, Octavo Día, noviembre 2014 (DE 10 de junio de 2015, en http://octavodia.mx/articulo/56610/a-57-anos-del-adios-de-rivera)
[9] Carlos Monsiváis, Diego Rivera: Creador de públicos, p.11 (DE 10 de junio de 2015, en http://estudioshistoricos.inah.gob.mx/revistaHistorias/wp-content/uploads/historias_13_117-128.pdf).
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