Debate y el Internet de doble filo

Todo estuvo bastante bonito. Es estupendo el placer de expresarse con frases como: “¡Mira a ese como se equivoca!” “¡Mira ese que mirón!” “¡Mira esa que buena está!”.
Incluso pareciera que hablo de una película para adultos.
Pero no.
De hecho hablo del debate que se dio el pasado domingo 6 de mayo, entre polémicas como que Peña Nieto había pedido que la transmisión no fuera en vivo o el hecho de que no era nada agradable tener un partido de futbol de suma importancia (sic) en la televisora Tv Azteca a la misma hora. A final de cuentas se transmitió y punto.
Ya muchos han analizado a fondo el debate, demostrando una vez más que “en gustos hay colores” y que siempre vas a preferir a tu candidato favorito (si es que se tiene uno).  Hoy no pretendo juzgar a los “expertos”, intentaré hacer una crítica de unos personajes que si ratifican de una manera expresa su contento o enfado hacia los candidatos: mis queridos internautas.

Es muy gracioso observar como todos comentan, muy a su estilo por supuesto. Esta el tipo intelectual que recae en errores de tintes políticos como: “Quadri fue el ganador de este debate, el lo ha dicho, no es un político, así que no es corrupto. Ha demostrado ser el candidato ideal”, y aunque parece trillado, mucha gente parece que todavía no conoce el origen de la candidatura de nuestro amiguito-conductor de combi en relación con la chula de Elba Esther Gordillo. Claro, respecto a esto hay quien si hace uso de su conocimiento, y twittea cosas muy ciertas, como lo hizo @SapoRules :

Están los que postean imágenes en Facebook del supercomediante Peña Nieto, de la playmate que le hizo de edecán o de AMLOVE mostrando la imagen más importante de su vida al revés. 

Y bien, ¿A qué quiero llegar? El internet, principalmente las redes sociales, se ha convertido un arma de doble filo. Puede ser información o desinformación con tan solo cambiar una palabra o añadiendo un texto a una imagen chistosa, además de que esta difusión valiosa no llega a las personas que de verdad la necesitan como lo son los indecisos o los clásicos “no hay de otra, me dieron una bolsa y una torta de jamón” que por lo general, y gracias a su precaria y triste situación, no tienen acceso a esta arma de doble filo.

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